Cuando creces en un lugar, llega un punto en que todo te parece repetido.
Las calles ya no sorprenden, los rostros se vuelven parte del paisaje y sientes la necesidad de irte, de empezar en otro lado.
Pero en esa prisa, a veces olvidas lo esencial: que en lo cotidiano también hay belleza, que las historias que te formaron siguen latiendo en cada rincón.
Morelia no es solo cantera rosa, es lo que ocurre cuando nadie está mirando.
Calles transitadas, rostros que piensan sin decir palabra. Risas espontáneas. Momentos efímeros que definen lo cotidiano.
Este espacio es para los que miran más allá, quienes encuentran belleza en lo real.
Cada imagen es un fragmento de vida.
-ZИТН